En el corazón del Luberon, entre verdes colinas y pueblos pintorescos, se esconde un tesoro natural único en Francia: el Colorado provenzal. Este antiguo yacimiento minero de ocre ofrece un espectáculo sorprendente, entre suelos rojos, amarillos y anaranjados, que recuerda a los paisajes del Gran Oeste americano.
El Colorado provenzal es fruto de la historia geológica y humana. En el siglo XIX, este lugar experimentó una intensa actividad ligada a la extracción de ocre, pigmento natural tomado por sus cualidades colorantes en pinturas y textiles. Hoy en día, las antiguas canteras, modeladas por las herramientas humanas y la erosión natural, ofrecen un paisaje único en Provenza, combinando acantilados esculpidos, dunas multicolores y senderos sombreados.